Historia

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Un pueblo ganadero

La trashumancia ha marcado desde siempre la economía y la historia de La Garganta. Los ganaderos pasaban la mitad del año en el pueblo y la otra mitad en los pastos de invierno de la Baja Extremadura. Al tratarse de ganado bóvino, la influencia de la Mesta fue escasa o nula, pero dado que la villa pertenecía al ducado de Béjar, La Garganta ha vivido desde la Edad Media (1396) en régimen feudal hasta entrado el siglo XIX (1812).

La agricultura comenzó a prosperar con el cultivo de las tierras que hoy rodean al municipio, al tiempo que se abandonan paulatinamente los bancales que rodeaban a la antigua Redondilla. Tuvieron relevancia económica los cultivos de cereales —alternando el trigo con el lino—, legumbres, fruta, etc.
 

El negocio ducal de la nieve

 

La nieve abundante en las cumbres cercanas comenzó a explotarse como negocio a partir del siglo XVI, aunque sabemos que ya se utilizaba desde mucho antes para conservación de alimentos y refresco de bebidas. Es abundante la documentación existente sobre las disputas que los duques de Béjar, la propia ciudad de Béjar y los reyes mantuvieron durante siglos. (1)

En un principio, la explotación de la nieve era una alcábala real, pero el Duque de Béjar, D. Juan Manuel Diego López de Zúñiga, consiguó en 1736 que el rey Felipe V firmara una Real Cédula por la que le concede "...la gracia de que sin su licencia no se pueda sacar por persona alguna nieve de las sierras y ventisqueros de este Estado". El Estado a que se refería el rey era, naturalmente, el ducado feudal de Béjar, que disponía de ejército e instituciones propias.

En La Garganta conservamos uno de los tres pozos que había, perfectamente rehabilitado para admiración de sus visitantes.

En 1833, tras la abolición de los privilegios feudales del ducado de Béjar, La Garganta queda definitivamente incorporada a la actual provincia de Cáceres.
 

 

La iglesia y el milagro de La Garganta

 

La Garganta ya tenía construida su iglesia cuando, en 1596, el pueblo queda constituido en Parroquia independiente, siendo su primer párroco D. Gaspar Hernández (2).

De aquellos años viene la leyenda que nos cuenta que la Virgen del Castañar se apareció a dos pastores de La Garganta. Desde entonces, y hasta hoy, el pueblo recuerda cada año esta aparición con una romería al Santuario construido a medio camino entre La Garganta y Béjar.

 

 

 

El Corral de los Lobos

Rehabilitado recientemente, el Corral de los Lobos era la trampa donde secularmente se perseguía y daba muerte a estos animales. Hoy, es una atracción turística de primera magnitud y constituye un valioso legado histórico y patrimonial que heredarán la nuevas generaciones.

El funcionamiento era muy similar al de los "curros" de Sanabria (Zamora) y otras trampas loberas en diferentes provincias. En nuestro caso, se trata de un recinto cuadrangular, con muros de piedra tosca y una profundidad aproximada de 2,5 m, en el que se encerraba como cebo una cabra. Una vez que el lobo entraba no podía saltar y salir, debido a la caida inversa de los muros, desatendiendo casi siempre al cebo, en su afan por conseguir liberarse.

Invitamos al lector a visitar esta reliquia del pasado, con el atractivo añadido de que está situado situado a escasos metros del Pozo de la nieve.